El nuevo, ilegal, y fraudulento acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciado el 11 de abril, viene a sostener al Gobierno de Javier Milei, ante el derrumbe de su esquema económico. Ese hecho y la visita oficial del Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, con destacada trayectoria como CEO y accionista de fondos de inversión confirman que esa decisión responde al interés del capital financiero transnacional que tiene su garantía en última instancia en el FMI.

Y no sólo a la declarada subordinación a ese país del Gobierno de Javier Milei, a pesar de que su Presidente Donald Trump erráticamente ha agravado la guerra comercial en el mundo, con medidas que afectan negativamente a Argentina.

La magnitud de los préstamos otorgados en la emergencia evidencia el fracaso de la política económica de Milei, y su Ministro Luis Caputo por el acelerado desmoronamiento monetario, fiscal y cambiario que sufrimos.  Pero todos ellos -incluyendo los provenientes de otros organismos multilaterales, bancos- no son de “libre disponibilidad”.

Estos préstamos están condicionados a mayores ajustes de restricción financiera, pagos de vencimientos, mayores recortes fiscales –más de 2% del PBI de superávit y Ley de déficit cero- y ataques contra la sociedad: regresivas reformas laborales, previsionales,  tributarias y de la coparticipación de impuestos en contracara de mayores gastos financieros, agenda de privatizaciones según la anticonstitucional Ley de bases (27742), desregulación del mercado eléctrico[1] mayor liberación de precios en salud, energía y transporte.

Para mayor incertidumbre el documento sobre el programa que se publicó dice claramente en su letra chica: La política de transparencia del FMI permite la eliminación de información sensible para el mercado y de la divulgación prematura de las intenciones políticas de las autoridades en los informes del Fondo publicados y entre  otros documentos[2]. Ello significa que han borrado párrafos importantes del documento del programa porque tiene «información sensible», supuestamente para los “mercados”, y seguramente para las y los argentinos.

Es una reiteración de esquemas de valorización financiera del capital que generan una falsa estabilidad macroeconómica muy precaria basada en la regresividad distributiva, la desarticulación productiva, y en el endeudamiento externo, que ha pagado y paga muy caro el pueblo argentino.

La apertura cambiaria –el levantamiento parcial del cepo- no es señal de fortalecimiento sino de debilidad incontenible.

El gobierno asevera que con este acuerdo puede revertir la corrida cambiaría con respaldo inmediato de financiamiento con «una cobertura mayor que la convertibilidad» según el Ministro Luis Caputo. Éste mintió al afirmar que si la cotización del dólar  alcanzara el máximo establecido en el nuevo régimen de banda $1400 el Banco Central tendría reservas suficientes por U$S 50.000 millones inexistentes para afrontar toda la demanda de divisas existente,[3].

Contra los reiterados dichos de Milei de que su objetivo es terminar con la inflación, su gobierno genera indefectiblemente escenarios inflacionarios y recesivos.  Lo demuestra el alza del IPC registrado en marzo (3,7% en promedio y 5,9% en alimentos) y las remarcaciones (“pass throught”) que ya están teniendo lugar por el cambio al régimen de flotación cambiaria, que al aplicarse en su primer día supuso un 11% de devaluación, mientras continua la malversación de reservas. Con ello se profundiza la caída del poder adquisitivo del salario, las jubilaciones y la demanda interna.

En cualquiera de las hipótesis que pueden formularse en cuanto a las decisiones del gobierno:

  1. a) tanto si pone el acento en garantizar la salida de los capitales especulativos que participan de la “bicicleta financiera” (carry trade) incumpliendo la meta de reservas comprometida,
  2. b) o si por las condiciones del FMI se trata de un régimen de semi convertibilidad en torno al valor de la banda cambiaria más alta, es seguro que los trabajadores jubilados o en actividad, el sistema productivo, y el interés nacional van a padecer.

En ambas situaciones se empuja a nuestro país hacia un nuevo quebranto, que en el primero de los casos llegará en forma rápida por la espiralización de la devaluación/inflación, y en el segundo de manera escalonada con mayor recesión. La realidad indica la relación directa entre los pagos de la deuda y los procesos inflacionarios y/o recesivos en nuestro país.

NO PAGAR ES UNA RESPONSABILIDAD INEXCUSABLE

Nuestra posición, ya expresada con anterioridad, es clara:

La responsabilidad de acuerdo a la Constitución Nacional está en cabeza del Congreso de la Nación y también de un poder judicial que sepulta las denuncias sobre las deudas con el Fondo Monetario desde hace más de 40 años.

HAY OTRO CAMINO

Hay otro camino que venimos señalando[7], que comprende entre otras políticas:

  1. el reconocimiento de la preeminencia de la deuda social que se ha contraído debido a sus condiciones desde 2018, afectando producción, empleo, salarios y jubilaciones;
  2. la inmediata devolución de los injustos sobrecargos aplicados desde 2018 y
  3. la revisión de los prestamos fraudulentamente otorgados a los Gobiernos de Mauricio Macri y de Javier Milei, siempre con la gestión del bróker Luis Caputo.

El Cogobierno Milei-FMI auspiciado por los EE. UU profundiza con sus políticas y condiciones la inseguridad alimentaria, física, política y jurídica en nuestro país, imponiendo una deuda que es impagable. Es urgente cambiar de rumbo, con un plan común a las y los argentinos que sufrimos las consecuencias.

NO SE PUEDE NI SE DEBE PAGAR

FORO ECONOMIA Y TRABAJO

Ricardo Aronskind, Carlos Baraldini, Gabriel Barceló, Noemí Brenta, Hugo Castro,                Juan Pablo Costa, Norberto Crovetto, Raúl Rulo Dellatorre, Marcelo Di Ciano, Marisa Duarte,                     Eduardo Dvorkin, Roberto Feletti,  José M. Fumagalli, Américo García, Carlos Gutiérrez,  Ricardo Koss,  Bernardo Lichinsky, Nicolás Malinowsky, Santiago Mancinelli, Jorge Marchini,                               Antonio Mezmezian, Felisa Miceli, Tomás Raffo, Alejandro Rofman, Horacio Rovelli,                        José “Pepe” Sbatella, Nahuel Silva, Andrés Wainer, Coordinación: Eduardo Berrozpe

[1] Fin de la segmentación de subsidios y liberación del mercado mayorista energético con el abandono de los subsidios de CAMMESA y su rol como intermediario,

[2] «The IMF’s transparency policy allows for the deletion of market-sensitive information and premature disclosure of the authorities’ policy intentions in published staff reports and other documents.»

[3] Se hace referencia al respaldo para agregados monetarios M2 (M1 + caja de ahorro). el 11/04 en $ 66.714.552 millones (equivalentes a U$S 47. 653 millones) y no al M3 de $.123.649.039 millones (U$S 88.320 millones) AL 11/04, permeables en una corrida cambiaría, que incluye depósitos a plazo fijo expuestos potencialmente a una corrida cambiaria.

[4] «The Sovereign Risk and Debt Sustainability Framework (SRDSF) tools indicate that debt is sustainable but not with high probability, and overall risks of sovereign stress are high», p. 63.

[5] Se trata de Ceyla Pazarbasioglu, Directora del Departamento de Estrategias, Políticas y Evaluación del FMI.

[6] “El problema que tiene nuestro país es una determinante y crónica desarticulación de los “precios relativos”: el acoplamiento injustificado de los precios internos a los externos (en dólares). Precios, en muchos casos, superiores a los internacionales.  Aún para productos clave para los que país cuenta con condiciones excepcionales, como los alimentos y la energía; pero también por el comportamiento de sectores que, por su posición monopólica, están en condiciones de “aumentar precios por si acaso», tal como se observa en servicios públicos y en relación a servicios básicos, productos de enorme impacto (medicamentos) e insumos difundidos básicos (acero, cemento, aluminio, petroquímicos, entre otros).

No es que falten divisas. Lo demuestra el hecho de que Argentina   es el único país importante de América Latina que ha venido teniendo en los últimos años un permanente superávit de la balanza comercial en la cuenta corriente de su balance de pagos.

Lo que sucede que hay evasión y elusión impositiva, fuga de capitales, y la señalada malversación de las reservas del Banco Central en el “carry trade, como también sucedió con los fondos resultantes del blanqueo de 2024.

[7]  https://labancaria.org/foro-economia-y-trabajo-co-gobiernan-milei-y-el-fmi/

[8] En la situación imperante debe considerarse que más allá del atraso o no, los precios relativos se calculan en base a un coeficiente que tiene en sí la unidad monetaria que -en el caso de la Argentina- con heteronomía monetaria, su valor depende de la «moneda autónoma”, es decir de los dólares.

[9] Consideración parcial en: https://radiografica.org.ar/2025/01/02/foro-economia-y-trabajo-por-que-no-contribuye-el-que-mas-tiene/

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